Últimamente el tema de los toros
causa mucha polémica. Que si un torero acaba de fallecer en una de estas
fiestas, que si obligan a un artista a anular su espectáculo porque a los
antitaurinos no les hace ninguna gracia, que si Sabina exige (a su particular
manera) a los antitaurinos que dejen de tocar lo que vienen siendo las partes
nobles, y un larguísimo etcétera. Unos dicen que es un arte. Otros que es una
salvajada. Unos dicen que es tradición. Otros dicen que es humillación del
animal. Personalmente yo me considero antitaurino, y estoy de acuerdo con los
argumentos de la gente que defiende el derecho de estos animales a tener
dignidad y respeto, pues me parece que el toro sufre una tortura y una muerte
humillantes delante de cientos de personas, alabando al asesino. El toro no está ahí porque quiere, está siendo
humillado.
Es verdad, nadie le está insultando ni le está violando (qué
estúpido ha quedado), pero todo el mundo alaba al torero cuando hace que el
toro pase por la capa esa (ni me molesto en aprenderme el nombre) o cada vez
que unos jinetes le clavan una pica, o el torero le clava el estoque. Es verdad,
nunca he visto una tauromaquia completa, todo sea dicho, y de esto no domino un
pelo. Pero que nadie me niegue que el torero le arranca a toro muerto una oreja
o algo así y la usa para saludar al público. ¿Es verdad o mentira?
Sin embargo hay un argumento que
no me gusta de los antitaurinos, y es que dicen cosas como que ya no estamos en
las cavernas o en el medievo, que estamos en el siglo XXI y que esas prácticas
ya no se debería hacer porque hemos evolucionado. No me molesta que digan que
estas cosas se crearon hace siglos, eso me da igual, lo que me molesta es
cuando se hace un paralelismo entre lo malo, lo peor y lo de antes. ¿Nunca os
ha pasado que estáis en una conversación y que después de cualquier información
alguien acaba diciendo una opinión en plan “menos mal que ahora vivimos en
tiempos más civilizados”? Como si lo que hubiera antes fuera una mierda en
comparación con lo que tenemos, como si todo tiempo pasado fue peor, como si
antes no existiera cultura o civilización alguna.
Obviamente, en España estamos mejor que en la dictadura, eso no lo discuto, pero me molesta cuando se hace esta comparación a otros tiempos, sobre todo cuando aún tenemos muchas cosas que aprender de los antiguos. A día de hoy seguimos sin saber cómo se construyeron las pirámides, y esos edificios, esas tumbas van a estar aquí durante mucho tiempo.
Los egipcios tenían conocimientos de arquitectura y astronómicos (Sí, usaban la astronomía para construir las pirámides. Y no, no son balizas para naves espaciales. Odio a los que dicen que todo fue culpa de los aliens) muy avanzados que les permitieron crear edificios eternos con los medios que poseían y comerciaban, y a día de hoy seguimos sin saber cómo lo hicieron, nunca les podremos emular. Y en la Atenas Clásica había una democracia. Sí, señores, una auténtica democracia, en la que todos los ciudadanos eran escuchados y daban su voto a mano alzada, una democracia directa muy bien organizada, mientras que nosotros nos hemos estancado en un bipartidismo de políticos corruptos que nos chupan la sangre. ¿Crees que la fiesta de la democracia consiste en ir a las urnas una vez cada cuatro años y que los políticos lo decidan todo por tí? En Atenas todo lo decidían los ciudadanos directamente. Y de Roma heredamos el derecho romano, del cual proviene todo lo que viene siendo el derecho privado actual, y hay quien afirma que en la Antigua Roma el ciudadano tenía más derechos de los que tenemos actualmente.
No estoy diciendo que no se hayan hecho avances de ningún tipo, pero aún nos queda mucho que aprender del pasado, y no me parece una actitud muy inteligente en infravalorar otras épocas, culturas y civilizaciones anteriores a la nuestra, ni menos aún culparlas con lo malo que hay aquí hoy.
Obviamente, en España estamos mejor que en la dictadura, eso no lo discuto, pero me molesta cuando se hace esta comparación a otros tiempos, sobre todo cuando aún tenemos muchas cosas que aprender de los antiguos. A día de hoy seguimos sin saber cómo se construyeron las pirámides, y esos edificios, esas tumbas van a estar aquí durante mucho tiempo.
Los egipcios tenían conocimientos de arquitectura y astronómicos (Sí, usaban la astronomía para construir las pirámides. Y no, no son balizas para naves espaciales. Odio a los que dicen que todo fue culpa de los aliens) muy avanzados que les permitieron crear edificios eternos con los medios que poseían y comerciaban, y a día de hoy seguimos sin saber cómo lo hicieron, nunca les podremos emular. Y en la Atenas Clásica había una democracia. Sí, señores, una auténtica democracia, en la que todos los ciudadanos eran escuchados y daban su voto a mano alzada, una democracia directa muy bien organizada, mientras que nosotros nos hemos estancado en un bipartidismo de políticos corruptos que nos chupan la sangre. ¿Crees que la fiesta de la democracia consiste en ir a las urnas una vez cada cuatro años y que los políticos lo decidan todo por tí? En Atenas todo lo decidían los ciudadanos directamente. Y de Roma heredamos el derecho romano, del cual proviene todo lo que viene siendo el derecho privado actual, y hay quien afirma que en la Antigua Roma el ciudadano tenía más derechos de los que tenemos actualmente.
No estoy diciendo que no se hayan hecho avances de ningún tipo, pero aún nos queda mucho que aprender del pasado, y no me parece una actitud muy inteligente en infravalorar otras épocas, culturas y civilizaciones anteriores a la nuestra, ni menos aún culparlas con lo malo que hay aquí hoy.
Pero el tema de hoy no es éste.
Todo el mundo se ha estado preguntando por qué existe la tauromaquia o por qué
aún existe la tauromaquia. Pero yo me pregunto, ¿qué hace posible que exista la
tauromaquia?
Si uno se fija, si se molesta en
echarle un ojo a los libros de historia, las diferentes civilizaciones de antes
han tenido grandes espectáculos de ocio, en mayor o en menor medida relacionados con una sustancia:
la sangre.
La violencia es uno de los
mayores espectáculos del mundo, dice el personaje de Paul Giamatti en la
película Shoot’em Up. Y tiene razón:
la violencia es un entretenimiento como cualquier otro. A todo el mundo le
gusta ver una comedia, escuchar música, pero también nos gusta ver cómo dos
tíos se pegan de ostias. Ya sea un combate de Van Damme o en plan comediaes
entretenido. Cine, películas, videojuegos, cómics, literatura, música, todo
tiene alguna referencia a la violencia. Incluso el deporte. Y esta violencia
tiene muchos niveles, todos ellos interesantes para nosotros, desde el tortazo
más inocente hasta la explosión de una bomba en una película de Michael Bay o
una limpia decapitación con una Katana fabricada por el mejor armero de Japón.
Todo encuentra su sitio en el espectáculo y el ocio, ya sea solo o acompañado,
e incluso hay ocio y deporte relacionado con las artes marciales, véanse la MMA
o artes marciales como el karate, el boxeo o la esgrima que ahora son deportes
olímpicos (en defensa de estas nobles actividades diré que no tienen por qué
ser violentas. Es más, está más que demostrado que la práctica de artes marciales
pueden ayudar a las personas a encontrar estabilidad emocional y psicológica, y
desarrollar espíritu de autosuperación. Muchos te dirán que son mejores
personas desde que practican judo, aikido o lo que sea).
Esto no era nada ajeno a las
civilizaciones anteriores. El gran ejemplo paradigmático lo tenemos en nuestros
antepasados romanos, con sus juegos de gladiadores o las carreras de carros.
Los gladiadores y aurigas eran un tipo de esclavo, ya sea obligado o por
decisión propia (por deudas de juego o una futura vida mejor), que tenían
cierto prestigio y fama. Eran las estrellas del rock de aquél entonces, y
poseían un reconocimiento superior al de actor de teatro (estos eran
considerados peores que las prostitutas). Corrían y luchaban, y no siempre acababa
en muerte. Fama, dinero o simplemente un medio por el que salir de la
esclavitud (ganar cierto número de combates te podía dar la libertad y dejar de
ser esclavo) era lo que les motivaban, y cuando vencían el público se volvía
loco, rugiendo como si no hubiera mañana, de la misma manera que lo hacen los
hinchas cuando marca su equipo de fútbol.
Seguramente la tauromaquia, o su antecedente, nacería por esta época, y
le hubiera ocurrido lo mismo que a los juegos de gladiadores o a las carreras
de carros. Empezaría como un ritual religioso ( las peleas de gladiadores
empezaron siendo una actividad para honrar a un recién fallecido, mientras que
un carro corriendo podría haber empezado como un ritual en Grecia para honrar a
Poseidón, ya que el caballo era su animal consagrado), entonces vendría alguien
pensando que podría sacar pasta de esto, y así se originaría la primera
tauromaquia.
Actividades con los toros siempre
ha habido a lo largo de la historia, en especial en el mediterráneo. Ya fueran
juegos como el salto del toro en la creta minoica o sacrificios a los dioses,
el toro siempre ha estado relacionado con actividades religiosas, adornado con
flores y mimado y elogiado, escoltado hasta el lugar del sacrificio, donde el
encargado de hacerlo lo mataba rápidamente, para así honrar ya alimentar a los
dioses. Esta práctica religiosa es normal que sea cuestionada actualmente, al
igual que los juegos de gladiadores, pero eran otros tiempos y otra manera de
pensar. Juzgar una cultura anterior con nuestros valores es siempre injusto, y
hay siempre que intentar hacer un intento de comprensión de estas tradiciones
que tenían. No por ello se está justificando ni mucho menos que haya
tauromaquia actualmente, pero no vale la pena buscar los culpables antaño. En
la Grecia Antigua que sacrifica toros lo vería como una falta de respeto al
animal y a los dioses. Pueden que mataran al animal, pero nunca abusarían de
él, no lo torturarían ni lo humillarían de la manera con que se hace
actualmente, algo completamente innecesario para ellos. Quizá en Roma aún lo
verían bien, pero sólo aceptarían un uno contra uno, es decir, un único hombre
contra un único toro, un combate de verdad, en el que ambos estén en igualdad
de condiciones. Ahora, actualmente, la solución ante el dilema es más sencilla:
prohibir la tauromaquia, que sería lo más acorde con nuestros valores morales
actuales.
¿Pero por qué hay violencia?¿Por
qué nos gusta? ¿Por qué somos el único animal con necesidad de ver violencia,
de sangre, de muerte?
Ni idea. Simplemente, hay
violencia, que mueve millones y millones. George RR Martin llegó a expresar en
una célebre frase que la gente antes tolera la muerte violenta que el sexo
explícito, lo cual es triste pero cierto.
Pero esto no es ni bueno ni malo.
Simplemente, es así. La violencia existe, forma parte del alma humana, al igual
que el amor, la creatividad o la necesidad de comer. Y eso no se puede cambiar.
Ahora bien, nosotros decidimos cómo canalizar esa agresividad y violencia.
Jugar a videojuegos, ver cine, leer, hacer deporte, pueden ser cosas que nos
ayuden a canalizar la violencia. También ver programas de lucha, ir a un
concierto, cualquier cosa puede servir para liberar la adrenalina y energía
mental de una manera, llamémosla, más “sana”.
Pero recordemos, somos el único animal
que ha desarrollado instinto y necesidad de violencia, el resto sólo muestra
agresividad para sobrevivir, defenderse o alimentarse. ¿Es justo que metamos
animales en espectáculos relacionados en mayor o en menor medida, cuando ellos
no son violentos? El entretenimiento basado en mayor o en menor medida no creo
que deba de salir del ambiente humano, que supere el hombre contra el hombre,
más que nada porque los animales, en ese aspecto, son mejores que nosotros.
Según el humorista George Carlin:
Here's another question I have. How come
when it's us, it's an abortion, and when it's a chicken, it's an omelet? Are we
so much better than chickens all of a sudden? When did this happen; that we
passed chickens in goodness? Name six ways we're better than chickens... See,
nobody can do it! You know why? 'Cause chickens are decent people. You don't
see chickens hanging around in drug gangs, do you? No. You don't see a chicken
strapping some guy to a chair and hooking up his nuts to a car battery, do you?
When's the last chicken you heard about came home from work and beat the shit
out of his hen, huh? Doesn't happen... 'cause chickens are decent people.
Traducido al castellano:
Aquí me hago otra pregunta. ¿Por qué
cuando somos nosotros, es un aborto, y cuando es un pollo, es una tortilla? ¿Somos
de repente mejores que los pollos? ¿Cuándo pasó esto, cuándo superamos a los
pollos en bondad? Decidme seis cosas en las que somos mejores los pollos… ¿lo
veis? ¡Nadie puede! ¿Y sabéis por qué? Porque los pollos son gente decente. Tú
no ves pollos en bandas de drogadictos, ¿verdad? No. No ves a un pollo sentando
a un tío para conectar sus pelotas a la batería del coche, ¿verdad? ¿Cuándo fue
la última vez que escuchaste que un pollo al volver a casa del trabajo pegó a
su gallina, eh? Eso no pasa… porque los pollos son gente decente
-George Carlin, Abortion, back in town, 1996.
Pues eso, ya lo sabéis: Chickens are decent People. Lejos de
empezar aquí una disertación de que la humanidad es un asco y demás chorradas
con las que nunca me he identificado, quiero finalizar diciendo que la
tauromaquia existe, y da igual quien la inventara, lo importante es que
actualmente se practica, y que es una situación injusta para el pollo, digo el
toro, pues es una criatura que no comparte la necesidad de ver o realizar
violencia, y sólo quiere tener una vida tranquila. Que los humanos se ahostien
todo lo que les de la gana, pero que no metan a los animales en el fregao. Y no
taurinos, no es arte, es una actividad que de hacérsela a un perro estaríais en
la cárcel durante un larga temporada. No me gusta, al igual que mucha gente que
conozco, que se haga entretenimiento de la tortura, la humillación y la muerte
de un animal, y creo que deberíamos, de manera civilizada, decir no a la
violencia de este tipo contra los animales, y empezar a tratar al toro con
dignidad y respeto. Es verdad, igual no somos tan decentes como los pollos,
pero también podemos hacer las cosas bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario