El orco pensativo

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lunes, 17 de agosto de 2020

Facciones Humanas: La Legión del Ciervo

Esta propuesta de ejército supone un refuerzo para los ejércitos de El Imperio, Estalia, Tilea, los Reinos Fronterizos y Kislev. No deja de ser una idea conceptual que da lore y refuerzos para cualquier ejército humano de Fantasy. Ya el tema de hacerlo a nivel mecánico lo dejo para otra persona, que no me da la vida para tanto.

 

Tras años secuestrado por los Hombres Bestia, el conde elector Helmuth Feuerbach ha volvió a su hogar en Talabheim, tras meses sobreviviendo en el bosque de Drackwald bajo la ayuda de sus manos y la bendición de Taal. 

Tras recuperar su trono reunió a sus consejeros y a los jerarcas del culto a Taal y Rhya, bajo el objetivo de rearmar no sólo a Talabecland, sino a todo el continente para el gran mal que se avecinaba, vaticinado por la cada vez más fuerte e imparable marea de hombres bestia alrededor de todo el mundo, y la siempre presente mancha del caos.

 Fue en esta reunión donde tuvo lugar la reestructuración de la iglesia de los dioses de la naturaleza, y la fundación de su rama militar: la Hirschlegion, la legión del ciervo. 

Cuando la propuesta llegó a Altdorf para recibir el aprobado del emperador, muchos archilectores recomendaron no dar permiso, que tal propuesta tendría unas consecuencias nefastas, tal vez derivando incluso en una guerra civil, algo nada beneficioso para un Imperio que acababa de salir de la Tormenta del Caos. 

Karl Franz, sin embargo, vio en la creación de la legión una neceisdad para reforzar la seguridad en los bosques y medios rurales, y accedió.

Han pasado siete años desde esa reunión, y la Legión del Ciervo ha creado enclaves por todos los rincones del Viejo Mundo, desde Estalia hasta las montañas del fin del mundo pasando por los reinos fronterizos. 

Sacerdotes guerreros, magos del colegio de jade y el colegio ámbar, y templarios consagrados a la causa, han ingresado en la Legión para servir a la causa de los dioses de la Naturaleza y las Bestias. 

Vertebrados por las grandes sedes del culto a Taal y Rhya (la Maisontaal, Roca de las aguas partidas, Taalgrunhaar, y el Manantial de Eboro), los consagrados a Taal y Rhya se unen a los ejércitos de los líderes del Viejo Mundo, bajo el deseo de colaborar en la defensa de los reinos del hombre frente a las interminables mareas de los Poderes Ruinosos, que buscan destruir tanto a los hombres como a las bestias y la naturaleza. 

En estos tiempos que corren, en los cuales el final está más cerca que nunca, toda ayuda es poca. Pero tener de tu parte a Taal y Rhya, los soberanos del mundo salvaje, es algo de agradecer.

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Jugar con la Legión del Ciervo: 

La Legión del Ciervo es la nueva ala militante de la recién reformada fe de Taal y Rhya, cuyo objetivo es erradicar cualquier fuerza que amenace el equilibrio entre el hombre y la naturaleza. 

Están encargados de proteger los asentamientos rurales, santuarios a los dioses, acudir en ayuda de quien proteja los bosques y ríos más sagrados, y dar caza a Pieles Verdes, Guerreros del Caos, Hombres Bestia y cualquier criatura que esté dispuesta a amenazar al bosques.

Sorprendentemente, todos los gobernantes del Viejo Mundo han aceptado la ayuda de la nueva organización, siempre y cuando acepten las creencias y cultos autóctonos. 

La Legión domina como pocos el combate en los bosques y las montañas. Cualquier lugar agreste supone para ellos un lugar perfecto para batallar en escaramuzas, emboscadas, sabotajes y asaltos directos, pero eso no impide que puedan dar la talla también en una batalla campal o un asedio. 

Poseen además a los mejores magos del colegio jade y el colegio ámbar, unidos a los acólitos y sacerdotes de Taal y Rhya, cuyo valor en combate frente a los monstruos del bosque es incuestionable.

Luchan con el poder de las bestias y la naturaleza de su mano, y ello les garantiza que ningún enemigo sea demasiado poderoso.

La nueva Jerarquía:

Una de las grandes claves de la Reforma Taalrhyanita ha sido la creación de una nueva jerarquía del culto a Taal y Rhya, llamados también el Padre y La Madre. 

En la cima del nuevo orden estarían los jerarcas de ambos dioses, y por debajo de ellos los Grandes Custodios, los líderes espirituales y militares de la Legión del Ciervo en el resto de provincias y regiones del Viejo Mundo. 

Al cargo de cada Gran Custodio hay integrantes de todas las órdenes pertenecientes al Hirschlegion a sus órdenes, bajo misión expresa de llevar a cabo los intereses de Taal y Rhya en la región que les ha sido asignada. 

Los grandes maestres de las órdenes, como los Zancaslargas o los caballeros del grifo, ocupan un puesto de consejeros  de los jerarcas y dirigen destacamentos de sus órdenes en Talabecland, al tiempo que se encargan de entrenar y armar a los nuevos miembros. 

Todo bajo el objetivo de proteger la creación del Padre y la Madre. 

Con unidades externas:

La Legión del Ciervo es fiel defensora de sus métodos para dar caza a las amenazas ruinosas que atentan contra la pureza de los bosques, pero también es pragmática. Busca ayudar a los pueblos de los hombres en la lucha contra el Caos y demás horrores, y ello hará que agradezcan cualquier ayuda externa. 

Las tropas que portan alabardas y grandes espadas de batalla son recibidas con los brazos abiertos, debido a que estas armas son perfectas para destruir a las bestias del caos, y tropas como los herreruelos los arcabuceros o los cañones fabricados en Nuln dan una potencia de fuego demoledora a la que no siempre se tiene acceso. 

A cambio, Taal y Rhya dan a través de la Legión a auténticos hijos del bosque, los cuales lucharán codo con codo con los hombres, sin importar si son Hijos de Sigmar, Ulric, Myrmidia, la Dama o cualquier otro dios que esté en contra del Caos. 

La legión y los colegios de la magia:

Tanto el Colegio Jade como el Colegio Ámbar han recibido gustosos la creación de la Legión, en la cual han ingresado como sacerdotes y cazadores astados. 

El resto de los colegios no descartan en luchar junto a estos templarios taalrhyanos a excepción del colegio dorado, los cuales ven en el Hirschlegion una turba de salvajes que podría anegar de salvajismo el imperio. 

Rumores que no han mermado ni una pizca la creciente fama de la legión. Total, ya eran salvajes e incivilizados antes de su creación, poco les importa lo que digan de ellos unos alquimistas obsesionados con el oro y la tecnología. 

La Legión del Ciervo, consciente que los Vientos de la Magia son diferentes aspectos de la naturaleza, acepta a todos los magos en sus filas que quieran servir a la gloria de Taal y Rhya, desconfiando únicamente de los magos del colegio dorado y el amatista, estando los primeros vinculados a la tecnología y los segundos a las energías de la muerte.

Unidades del Hirschlegion

Hirschhaut

Llamados Almogávares en Estalia, son la principal tropa de choque de la Legión, formada por leñadores, guardabosques y cazadores oriundos de Taalbaston. 

Anteriormente conocidos como los Elegidos de Taal, los Hirschhaut protegen a los peregrinos y viajeros de la depredación de los bandidos y dan caza a bandidos, bestias, hombres bestia y mutantes que se encuentran en los caminos que llevan a Talabheim y los lugares sagrados para los dioses. 

Actúan como exploradores y comandos del ejército principal, pero también como principal guardia de los bosques sagrados. Son expertos en las escaramuzas y la guerra de guerrillas, la caza, la trampería y el rastreo. 

Se identifican por llevar siempre pieles de ciervo para indicar su estatus, y por sus armas, las cuales pueden ser o poderosas hachas de leñador, arcos de caza o arcabuces, dependiendo de lo que se necesite en la misión. 

Los líderes de los destacamentos son llamados Taalsoldat, los cuales pueden ir armados con mandobles o temibles alabardas de caza, mucho más rápidas y maniobrables de lo que cabría esperar de una alabarda convencional. 

Taalreiter

Escasos en número, los Hirschhaut que deciden combatir a caballo son los jinetes de Taal. Debido a la poca maniobrabilidad que permiten los bosques son unidades muy pequeñas, cuyas monturas permiten un movimiento muy rápido en terrenos que en principio deberían ser un problema. 

Realizan una función parecida a la de los herreruelos, pero cambiando la tradicional ristra de pistolas del Pistolkorp por sus fiables arcos de caza.

Ballesteros pesados

Muchas veces se necesita un arma muy poderosa para poder abatir a monstruos cuya piel es más dura que el hierro y tres veces más gruesa que el cuero. 

Para estas criaturas un cañón imperial sería más que suficiente, salvo por un problema: son armas aparatosas y muy pesadas, difíciles de transportar y de utilizar en ocasiones muy concretas. 

Por no hablar de las posibilidades de que estallen por un error en su proceso de manufacturación.

Para dar solución a eso, el conde elector de Talabecland contrató los servicios de Pedro Royo, un afamado ingeniero de Bilbali. 

Dos años de arduo trabajo dieron por resultado un arma bautizada como Arcabalesta Royo, una ballesta casi tan grande como un hombre, cuya cuerda resulta tan dura que ni el más forzudo de los enanos podría tensarla. 

Para ello, se tensa con un mecanismo consistente en una palanca accionada por el tirador. 

La arcabalesta es un arma tan pesada que sólo los hirschhaut más forzudos pueden utilizarla, y los dardos que utilizan son monstruosidades que miden alrededor de dos varas y media, con la madera en forma de rombo y una punta diseñada para estar a medio camino entre las puntas de flecha diseñadas para cazar y para atravesar armaduras. 

Más parece una jabalina que el proyectil de un arma.

El resultado es un disparo tan potente que es capaz de atravesar a un ogro y clavarse en la pared que había detrás suyo... con el corazón y las tripas ensartados en la lanza.

Muchas de las bestias más grandes al servicio de los Poderes Ruinosos han sucumbido a los ballesteros pesados, los cuales dan caza a los monstruos más grandes como si fueran la ira de Taal desatada. 

Los ballesteros pesados son corpulentos y fuertes, pero ágiles y silenciosos como el resto de los Hirschhaut, y refuerzan el avance de sus compañeros batidores desde la distancia, o se ocultan en lo más profundo del bosque para ajusticiar a las presas más grandes y fieras del enemigo. 

Mantícoras, minotauros, orcos negros, todos ellos han probado la ira de los ballesteros pesados. Incluso caballeros del Caos han sido desmontados y prácticamente destrozados con el impacto de una de estas jabalinas.

Zancaslargas

 La orden de caballería de los Zancaslargas se ha integrado perfectamente en la Legión del Ciervo, donde hacen una excelente labor como batidores y rastreadores. 

Acechan en bosques y tierras salvajes como espectros vengativos, persiguiendo a enemigos e intrusos sin ninguna piedad. Visten cómodas ropas de montaraz, normalmente con tonos verdosos y pardos para poder confundirse con el entorno. 

Los Zancaslargas prefieren el uso del arco y son célebres por su puntería, que sólo se ve superada por la de los elfos silvanos. Una de las primeras cosas que hace un templario de los Zancaslargas es personalizar su propio arco; a veces pasan semanas buscando los materiales apropiados y untándolos con hierbas y aceites sagrados. 

En combate, los Zancaslargas sólo se protegen con las armaduras más livianas, pues confían en el sigilo y la agilidad para evitar los golpes. 

Las ocasiones en las que se ven obligados a ponerse armaduras, optan por piezas de cuero oscurecidas con aceites y tintas para pasar desapercibidos entre el follaje. 

Muchos también se cubren el rostro y las zonas de piel que lleven al descubierto con tinturas verdes, marrones y rojas extraídas de plantas. 

Taalbären

 Los llamados Osos de Taal son la infantería pesada de la Legión. 

Vestidos con pieles de oso sobre sus tradicionales armaduras de Grandes Espaderos, protegen con fuerza bruta y abrumadora ferocidad los santos lugares y a comandantes y oficiales de la Legión, suponiendo una amenaza para todo aquél que desafíe a sus Mandobles de guerra. 

Lejos de lo que pudiera parecer, son rápidos y letales, y aunque sus armaduras no son de tan gran calidad como las de otras formaciones de grandes espaderos, sorprenden por lo rápido con lo que terminan con sus enemigos. 

Ya empiezan a ser legendarios sus hachones y espadones, con los que decapitan a los más infames bestigors de un solo tajo.

Son ya famosas muchas intervenciones de los Taalbären en enfrentamientos como la batalla del Puente del Negro, en Estalia, donde soldados de Magritta fueron salvados de ser aniquilados por los hombres bestia con la intervención de un único destacamento de estos forzudos y sacrificados héroes. 

Los Taalbären cargaron contra los gors de Urzag el Negro sin más protección que sus corazas oxidadas y sus pieles de oso, pero cayeron sobre las bestias como una avalancha.

Ninguna bestia del caos sobrevivió al enfrentamiento, siendo casi todas asesinadas con un mortífero tajo.

Los Taalbären suelen ser dirigidos por Custodios y Cazadores Astados, los cuales los lideran con sus poderosas Hachas de Taal.

Caballeros del Ciervo 

Orgullosos y majestuosos, los Caballeros del Ciervo son una orden relativamente nueva.

Evitando los estilos de guerra de guerrillas bien conocidos por la mayoría de los talabeclandeses, los Caballeros del Ciervo se enorgullecen de luchar en compactas unidades altamente disciplinadas. 

Algunos les acusan de estar más preocupados con ejercicios para desfiles en vez de entrenarse para el combate, aunque su valía se ha probado una y otra vez cuando van al campo de batalla.

Los Caballeros del Ciervo son muy desdeñosos con las otras Órdenes de Caballería y se consideran los verdaderos hijos de Talabheim.

Desde que juraron lealtad al Conde Elector de Talabecland y a la Legión del Ciervo, se han convertido en la orden de caballería más importante de la provincia, dejando en desventaja a los lobos blancos y los caballeros pantera. 

A su vez, se han extendido por todos los enclaves de la legión, aun suponiendo una minoría, pues las fuerzas locales prefieren confiar en los caballeros autóctonos. Actúan como la guardia personal del Conde Elector de Talabecland, y son la principal caballería pesada de la Legión.

Caballeros de la Furia de Taal 

Los Caballeros de la Furia de Taal ya eran devotos seguidores de Taal antes de la fundación de la Legión, convirtiéndose así en Caballeros Templarios de hecho. 

Comparte con la Legión del Ciervo la creencia de que las critauras del Caos son una afrenta a la naturaleza, y actúan muchas veces como guardia de templos y lugares santos junto al resto de tropas de élite, siendo además una letal fuerza de choque al servicio de la causa.

Uno de sus aspectos más característicos es el empleo de poderosas alabardas de caballería, excelentes para derribar a los hombres bestia que dan caza.

La Orden valora a los Semigrifos por encima de todas las monturas ya que las considera la venganza de Taal manifiesta, y se espera que todos los caballeros se aventuren en los bosques para capturar una de estas feroces bestias y ganarse así su respeto; por ello muchos iniciados no regresan nunca de dicha travesía. 

Con su ingreso en la Legión, la Orden se ha extendido por todo el Viejo Mundo, y su tamaño e influencia crece con las glorias que consiguen junto a ella. 

La Furia de Taal está teniendo cada vez más renombre con episodios como la exitosa carga que realizaron contra los caballeros vampiro del Clan del Dragón Sangriento a orillas del mar de las garras, o el saneamiento del bosque de Remas, donde acabaron con la vida de cientos de pieles verdes.

Custodios, Grandes Custodios

Antaño los Custodios eran una orden de sencillos defensores de los lugares sagrados Taalrhyanos del saqueo y violación por parte de poderes externos. Pero tras la refundación del culto, se han convertido en sus principales sacerdotes y generales. 

Los Grandes Custodios están al cargo de uno de los condados electores del Imperio y de grandes regiones del Viejo Mundo, mientras que los Custodios son sus subordinados directos.  

Sin importar si se trata de cazadores furtivos, hombres bestia, pieles verdes, bárbaros del norte, no-muertos o cualquier otra amenaza, los Custodios lideran con mano firme a los hirschhaut en grandes ofensivas, normalmente emboscadas o asaltos directos, pero siempre acechando primero entre las sombras de los árboles antes de asestar el golpe final. 

Fuera del combate, los Custodios son los guardianes de ritos y tradiciones secretos, rituales con los que fortalecen el vínculo entre las comunidades que representan y los dioses. Quizá sean estos rituales y su vínculo a Taal y Rhya que hayan obtenido poderes vinculados a la vida y las bestias. 

Pueden hablar con los espíritus de la naturaleza e influenciar en el crecimiento de plantas y cultivos, hacer que los animales sean más mansos y proclives a colaborar con ellos, y reforzar las capacidades físicas de sus camaradas durante el combate.

Suelen ser reacios a confiar en más tecnología que las armas de sus soldados. Consideran la industria un futil intento de domesticar la naturaleza, una fuerza que siempre prevalecerá por mucho que insistan los humanos en creer lo contrario.

 Sólo aceptarán armas de pólvora o inventos del colegio de ingenieros en situaciones extremas, cuando todo lo demás ya no sea suficiente.

  Los Custodios son conocidos por su actitud silenciosa, severa y a menudo misteriosa, y son temidos (con razón) por la pasión con que defienden los lugares sagrados de Taal y Rhya.

También actúan como guardianes de sus ritos secretos, persiguiendo y cegando a todo infiel que se atreva a presenciarlos. Creen que la Naturaleza se ríe de la industria humana, pues ella prevalece por siempre mientras la obra de los humanos se corroe, se pudre y se reduce a polvo.

Muchos Custodios se han formado en los Colegios de la Magia antes de ingresar en la Legión del Ciervo. Es por ello que son maestros del saber de la vida o el saber de las bestias. 

También hay algunos del colegio de las sombras y el colegio brillante, aunque suelen ser escasos en comparación con los originarios de otros colegios.

Cazadores Astados de la Orden del Oso

Subordinados directos de los Custodios, oficiales y principales sacerdotes guerreros de la Legión del Ciervo, los cazadores astados son el orgullo del Hirschlegion y sus mayores héroes. 

Equivalentes los sacerdotes guerreros de Sigmar, actúan como si fueran la mismísima fuerza del bosque reencarnada en hombres y mujeres de pinturas tribales, vestidos solamente con pieles y poseedores de una vigorosa energía en sus poderosos cuerpos de depredador.

Antaño, estos fanáticos taalryhanos huían de la civilización  para vivir en armonía con la naturaleza, evitando los grandes asentamientos y viviendo por y para la protección de las tierras salvajes. 

Pero acudieron a la llamada de los jerarcas hace siete años desde todos los rincones del Viejo Mundo, y aunque suponía perder parte de su vida libre y salvaje, se comprometieron con la causa. Se fundaba así la Orden del Oso, la organización encargada de adiestrar a los nuevos cazadores astados, los avatares de la ira de Taal. 

Siempre van armados con la Streitaaltaxt, un hacha de guerra forjada con el mejor acero y cincelada con runas sagradas para los dioses, y dirigen a los soldados de la legión en combate, ya sea combatiendo en solitario o bien encabezando a los Taalbären. 

Se les acostumbra a ver yendo a pie o montados en semigrifo, y en algunos casos bestias autóctonas, como es el caso de los fieros escornau estalianos.También se les identifica por no llevar mayor protección que pinturas tribales, amuletos hechos con plumas o hueso y pieles de animales, y por ser hombres y mujeres fornidos y poderosos.

Siempre se ha dicho que estaban tocados por Taal, y no sólo por su tremendo físico. Mientras los sacerdotes guerreros de Sigmar canalizan el poder del fundador del imperio, los cazadores astados hacen lo propio con el del señor de la naturaleza y las bestias. 

Su poder de origen divino exalta los corazones de los guerreros a su alrededor, curando sus heridas y la fatiga o inspirándoles una ferocidad lupina. 

Son además expertos en la invocación de aves y fieras para que luchen a su lado, y algunos de los cazadores astados más benditos y cercanos a lo divino tienen el don de provocar mutaciones temporales que potencien el poder físico, como piel dura, sebo, garras o colmillos de fieras, o bien convertirse a voluntad en híbridos de hombre y oso u lobo para hacer frente a sus enemigos.

Nombres como Johann Overmar o Andrus Taurbach se han convertido en leyenda dentro de la Orden del Oso, y los cazadores astados destrozarán a todo aquél que se atreva a mancillar los sacros dominios del Padre y la Madre.

Hijas de Rhya

 Las Hijas de Rhya son una orden menor de Taal y Rhya compuesta exclusivamente por mujeres, concretamente por aquellas que han dado a luz al menos una vez en sus vidas.

 Las integrantes de esta minúscula orden actúan como parteras, sanadoras y consejeras para madres y futuras madres, y con su integración en la Legión del Ciervo ahora también actúan como galenas y sanadoras de los ejércitos.

Tras la integración de la orden dentro del Hirschlegion, las hijas de Rhya han despertado todos sus poderes de purificación y fertilidad, y son poderosas aliadas de los guerreros de Taal y Rhya. 

Su vínculo con la diosa les ha permitido desarrollar poderes vinculados al saber de la vida y a habilidades sanadoras y purificadoras. 

Las Hijas de Rhya han obtenido el nada despreciable don de purificar a los manchados por el Caos, pudiendo sanar heridas envenenadas, eliminar enfermedades de Nurgle, incluso las más poderosas pueden eliminar cualquier rastro de mutación.

Helmut Feuerbach

Desde que el conde elector de Talabecland ha vuelto de su secuestro a manos de los hombres bestia, se ha vuelto un hombre sombrío e implacable, despiadado contra las amenazas que asolan su hogar, y un devoto seguidor de Taal. 

Suele pasar su tiempo libre meditando en los árboles sagrados de Taal y Rhya, para luego tener un papel activo en la persecución de los Poderes Ruinosos, tanto dentro como fuera de los asentamientos de su condado.

Da buen uso de la Legión del Ciervo, la cual ha reforzado con creces su poder militar dentro de su provincia. Sus vecinos ha mirado con asombro cómo una situación insostenible que iba a acabar en anarquía alrededor de Talabaheim se ha obtenido una situación de relativa paz.

 Lejos de la realidad, pues las amenazas del bosque siempre están presentes. Sin embargo, las provincias de Ostland, Middenland y Reikland miran con recelo a Feuerbach, bajo la sospecha de que tal vez el conde elector se ha vuelto demasiado poderoso.

Pero Helmut es leal al imperio y al emperador, y por muy devoto que sea de Taal, sabe de sobra que Sigmar es el fundador del imperio. No anhela el trono imperial ni mayor gloria que la unida a acabar con las amenazas que una vez lo tuvieron durante años postrado en un poste, bajo eternas sesiones de dolor y tortura. 

Niav y Katrinelya, jerarcas de Taal y Rhya

Junto a Ulric y Morr, Taal y Rhya son de las divinidades más poderosas y extensas del Viejo Mundo. Sus santuarios se encuentran por todos los rincones del continente, pero la situación es muy preocupante. 

Fuerzas oscuras mancillan con sus actos y presencia los sagrados bosques, meteoritos de Piedra Bruja emponzoñan la tierra con sus impactos, y los reinos de los hombres avanzan a una industrialización que amenaza con destruirlo todo bajo egoístas propósitos de prosperidad. 

Cuando los jerarcas escucharon la propuesta del conde elector de rearmar y reorganizar al clero de Taal y Rhya rechazaron en principio la propuesta. Pero pronto vieron los beneficios que podría dar esa alianza entre los dioses y los hombres, y accedieron. 

Niav y Katrinelya han renovado el culto  al Padre y a la Madre como no se veía desde hacía siglos, y no es extraño que muchos cronistas estén considerando que son los mejores jerarcas con los que Taal y Rhya podían contar.

Han salvado muchos enclaves y asentamientos humanos de las amenazas que contaminan el continente, y sus acciones están permitiendo que las antiguas masas boscosas se regeneren y vuelvan a florecer en regiones en las que habían desaparecido, como en la lejana Estalia. 

Sin embargo, ésto no está libre de riesgos. 

El Ar-Ulric residente en Middenheim ve con recelo el poder que está acumulando el culto al hermano de su dios patrón, el Colegio de ingenieros desconfía de esta legión de adoradores del ciervo, y algunos nobles de la corte imperial susurran palabras de sospecha sobre el emperador. 

Estos rumores, sospechas y posibles conspiraciones podrían suponer en el futuro un peligro para la Legión y todo lo que ha conseguido en tan poco tiempo.

No queda sino confiar en la buena voluntad del emperador, completamente a favor de la existencia de la Legión del Ciervo (al fin y al cabo los caminos que recorren los bosques son cada vez más seguros, lo que beneficia los intercambios comerciales y la prosperidad de los ciudadanos imperiales), y en el apoyo del conde elector de Talabecland, el más beneficiado por una fuerza de combate que ha reforzado su poder militar y político.

El Fantasma, Gran Maestre de la Orden del Oso  y Guardián del Taalbaston

El mejor de todos los Cazadores Astados dentro del Taalbaston es el conocido únicamente como El Fantasma. Incluso entre otros otros cazadores y devotos de Taal, se le considera más una leyenda que alguien real, y la única evidencia de su presencia son los restos de sus enemigos, acribillados a flechazos.

Lo único que se puede decir con certeza es que El Fantasma es un cazador sin igual, uno verdaderamente bendecido por Taal para ser uno con el bosque. 

Sus acciones incluyen la matanza de orcos, goblins y hombres bestia, así como otras criaturas más oscuras que deambulan por los bosques de Talabecland.

Mata desde las sombras de los árboles con su arco, y al ser tan escurridizo como su seudónimo, sus enemigos jamas llegan a presenciar quien les está atacando. 

El Fantasma tiene una misteriosa habilidad de aparecer misteriosamente en el lugar correcto en el momento adecuado para desafiar a aquellos que amenazan el culto de Taal o profanan el Taalbaston.

Agnes LaCerf, señora de la Maisontaal

 La nueva abadesa de la Maisontaal es una Hija de Rhya que dedica su tiempo a formar al sacerdocio de Bretonnia. LaCerf es una mujer pacífica y silenciosa, dedicada al cuidado de los desfavorecidos. Aunque tiene a su cargo un buen pelotón de Hirschhaut, Agnes prefiere no usar la fuerza si puede evitarlo.

Ha recibido varias amenazas de caballeros y condes fanáticos seguidores de La Dama, y según sus exploradores una gigantesca manada de hombres bestia se dirige a la Maisontaal, bajo claras intenciones de asedio.

 También le han llegado informes de tropas de Athel Loren que se dirigen también a la abadía. Si estos elfos son aliados o enemigos de la Legión del Ciervo es una cuestión que la propia Agnes LaCerf está a punto de averiguar. 

Por lo pronto, lo mejor que puede hacer es enviar peticiones de ayuda y refuerzos al resto de enclaves de la Legión, para asegurar la supervivencia de Maisontaal.

Bernardo López, Primer Custodio de Estalia

 Nombrado el Guardián de las Irranas, el Cazador Astado y Custodio Bernardo López ha supuesto una de las grandes promesas dentro de la Legión. 

Este fiero guerrero ha conseguido prevalecer los intereses de los dioses en las áridas tierras de Estalia, en las que ha contribuido al crecimiento de la masa forestal y conseguir ventajosas alianzas con los reyes locales y el clero de Myrmidia.

Feroz combatiente y maestro de grandes artes, Bernardo lidera a sus Taalbären por los bosques estalianos y el campo de batalla en busca de las presas más grandes y peligrosas, ya sea a pie o montado en su semigrifo Picotrueno, o bien en otra gran montura, Colmillo Gris, un gigantesco escornau capaz de matar a un toro de guerra con una sola embestida.

Legendaria es su intervención en el Puente del Negro, o la batalla del monte Castrorroca, donde abatió de un hachazo a un poderoso señor de la guerra del Caos tras horas sin parar de luchar. Luego ordenó purificar el lugar y celebró la victoria con una borrachera en honor a Taal.

Hay quien dice que Bernardo es un hijo bastardo del mismísimo Taal. Y viendo cómo maneja su hacha  o cómo resiste los efectos del vino y la cerveza, no es de extrañar que la gente crea eso.

Lucrezia Luperina, Hija del Lobo, Sobrina del Ciervo.

Lucrezia es una huérfana que encontró amparo con una manada de lobos oriunda de un santuario a Taal cerca de Remas, Tilea. Unos custodios la criaron y la enseñaron sobre Taal y Rhya. 

Cuando hubo crecido, descubrió que podía hablar con los lobos y hacer que combatieran a su lado. Luperina viajó a Talabecland, donde se entrevistó con los jerarcas, y bajo sospecha de que podría ser una hija carnal del dios Ulric la nombraron Custodia de Tilea. 

Cuando volvió a Tilea, Lucrezia empezó a combatir en nombre de la Legión del Ciervo, con victorias que arrasaron con pieles verdes y hombres bestia por igual.

En batalla combate con una lanza a lomos de su semigrifo Espina, mientras que sus cazadores, ballesteros pesados y batidores siguen sus órdenes de disparar sin descanso al enemigo para que la manada de lobos de Lucrezia se abalance sobre ellos y les arranque la garganta. 

Las tácticas de Lucrezia son heterodoxas, pero eficaces y dignas de su tío el dios de las Bestias. 




Hasta aquí la propuesta de Facción Humana: La Legión del Ciervo. Recordad que podéis usar este concepto para reforzar cualquier ejército que os hagáis de humanos del Viejo Mundo, tanto si queréis hacer un ejército temático de Talabecland como de cualquier otra nación humana del Viejo Mundo. 

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