El orco pensativo

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jueves, 2 de febrero de 2023

El Guerrero nº13 Es Middengardia

  

Hay una pequeña tradición que estoy empezando a desarrollar, a la que llamo "ésto es Middengardia". Viene a decir que una cuestión me ha inspirado para escribir, ha influenciado mi imaginación, y en mayor o menor medida ha calado hondo y dejado su influencia dentro de todo lo que escribo en mi mundo de fantasía, es decir, Middengardia. 

Sin importar si hablamos de la estética, la trama o los personajes, hay muchas películas y videojuegos que podrían encajar perfectamente en Middengardia.

¿Skyrim? Es Middengardia 

¿El Señor de los Anillos? Es Middengardia. 

¿La serie Sobrenatural? Es Middengardia. 

¿El Planeta del Tesoro? Es Middengardia. 

¿The Witcher 3? Es Middengardia

¿Diablo II? Es Middengardia

¿Warhammer Fantasy? Es Middengardia. 

¿Van Helsing? ¿Esa película que tiene una ballesta propulsada por gas, reparto Bisexual Icon, Drácula malo malísimo, y los mejores hombres lobo de la historia del cine? Es de lo más Middengardia que se podría haber forjado jamás.  

Pero hoy quiero hablar de El Guerrero número 13, una película que fue una de mis piedras angulares durante la infancia. Prácticamente, esta película ha hecho posible que Middengardia exista. No es la única, pero sí puso una de las primeras piedras principales.

Hoy quiero explicaros por qué El Guerrero Número 13 es Middengardia.

CONTEXTO

Michael Crichton, el de Jurassic Park, escribió "los devoradores de Cadáveres", una novela que coge de base los escritos del geògrafo Ahmed Ibn Fadlan sobre los escandinavos asentados en el Volga, cuando fue embajador del califa abbasí en esas tierras.
A nivel historiografico es maravilloso, pues Ibn Fadlan, aún con una visión distorsionada debido a la diferencia cultural y religiosa, registra costumbres y tradiciones de esos pueblos. Huelga decir: mejor no tomarse al pie de la letra lo que registra (como cualquier otro documento histórico. De hecho el autor suelta cada perlita que tela, ahora lo consideramos profundamente racista).
Incluso el funeral de un líder, que aparece en la película y que se ha asociado siempre a la cultura nórdica: hacer arder un barco con el fallecido en él, con sus pertenencias e incluso una concubina voluntaria. A Crichton le sirvió para inspiración de una novela de aventuras.
Luego esta novela sería adaptada al cine con "el Guerrero número 13", teniendo a Antonio Banderas interpretando a Ahmed Ibn Fadlan como protagonista. Lo cual me parece un acierto, Banderas aquí está en uno de los mejores papeles de su carrera después de El Zorro.
También comentar que Antonio Banderas es de las mejores contribuciones que ha dado España a la humanidad, al mismo nivel que el aceite de oliva, la fregona y la discografía del Reno Renardo.
Aclaración: aunque la ambientación de esta película sea "histórica", no es de género histórico. La película no busca serlo, ni pretende venderse como fiel a la historia (como es el caso de otras como 300, El Rey Arturo de Fuqua o Braveheart. En fin, la osadía). 
Se puede considerar dentro del género de la espada y brujería, como Conan el bárbaro. Es más, tiene un fuerte componente dungeoneo. Podría pasar perfectamente por una partida (de las buenas) de D&D hecha película. Pero sin magia, 0% magia.
Asunto importante:Me voy a abstener de hacer análisis histórico de la película, aunque sea historiador y pueda hacerlo. No tengo intención de ir por ese lado, y menos cuando Miguel de Lys ya hizo un análisis que es perfecto y maravilloso. 100% recomendado.

LA TRAMA

 Por azares de la vida (se explica pero no tiene ninguna repercusión para la historia), Ahmed Ibn Fadlan es destinado a ser embajador del califa con los norteños. Dato curioso: es acompañado por Omar Sharif, quizás de los actores más infravalorados de la historia.
Justo el mismo día de su llegada, Ahmed es testigo ocular del entierro del rey, sucedido por su hijo Bulywyf, interpretado por Vladimir Kulich, también conocido como Ulfric Capa de la Tormenta. 
Sí, es el actor de doblaje que le dio voz a Ulfric en Skyrim.
Que casualidad, 1 día después del funeral llega un mensajero pidiendo ayuda para el reino de su padre, al norte, y la völva de la aldea interpreta en un ritual de osteomancia que deben ir 13 guerreros a ayudar, como las 13 lunas de su año.
En una escena que es epiquísima, se hace la llamada a la aventura de los 13 guerreros, presentándose todos ellos. La Völva deja clarinete que el número 13 debe de ser un hombre que no sea nórdico. Ese extranjero no es otro que Ahmed, que por azares del destino, por voluntad de Allah, o igual porque los aesir y vanir quisieron joderle el día por estirado, le toca pringar.
 
Así que Ahmed, sin saber nada del idioma nórdico y con poca experiencia en combate, pero sí con mucha inteligencia y capacidad para adaptarse a cualquier situación, se va con los 12 chicarrones del norte para defender una aldea de los Wendol, una tribu de neandertales caníbales.
Sí, los antagonistas son neandertales caníbales. En la Europa del siglo X. Ya os avisé que esta película era de todo menos histórica, y hago inciso en que es espada y brujería. Podría haberse inspirado perfectamente en un relato de Conan de Cimmeria haciendo frente a los pictos y nadie habría notado la diferencia.
Lamentablemente, la película fue un absoluto desastre en taquilla, perdiendo 91 millones de dólares. Lo cual es una lástima, porque mantengo que es buena. Sí, es cine palomitero, pero es que tampoco va de lo que no es. Se presenta como una peli de aventuras y cumple.
Vamos a reconocer que ésto es mil veces mejor que una película pretenciosa que busca ser culta y profunda cuando sólo es pedante.
 

EL ANÁLISIS

Tuve oportunidad de volver a verla hace poco, y tengo que decir que para la época, finales de los noventa donde no se le daba tanta importancia a la esgrima histórica y el HEMA, tiene muy buenas escenas de acción, no excesivamente fantasiosas y con un buen equilibrio entre la realidad y el espectáculo. Y el vestuario y los colores y fotografía son geniales. ¡No hay filtro medieval color azul/mierda! Eso para mí ya la hace buena. Además, los personajes son todos agradables y da gusto ver cómo interactúan.
Hay de todo: Tenemos comedia, tenemos combates (Muchos combates), mujeres sabias, hasta un Holmgang vinculado a las intrigas de la aldea. Me gusta ver esta escena como un "deja de conspirar y de tocarnos los huevos que hemos venido a arreglarte el marrón".
Ésto también es muy Middengardia: Los personajes soplan de las conspiraciones e intrigas, consideran que son una pérdida de tiempo y se las quitan cuanto antes para centrarse en su trabajo. 
 El elenco de personajes es maravilloso. El propio Ahmed es muy buen personaje, pero sus compañeros tienen cada uno su momento para brillar. El más elaborado después de Ahmed es Herger, el que prácticamente es su "mentor" y guía en la sociedad nórdica, y con quien acaba creando un potente vínculo amistoso. Es carismático, simpático, astuto, y me atrevo a decir que en Dragones y Mazmorras sería un bardo. Bardo de los buenos, de los que caen de maravilla y no son llevados por un Howard Wollowitch que sólo está en la partida para hacer tiradas de seducción a todo lo que parezca fémina.
Y ya sólo por todo lo dicho en lo que llevamos de artículo bastaría para considerar esta peli Middengardia.
Pero hay un punto clave que la hace verdaderamente Middengardia. Y es la evolución de Ahmed durante la trama. Ahmed Ibn Fadland vive un auténtico Viaje del Héroe en su periplo por las tierras del norte, e influye en los demás de la misma manera que ellos le influyen.
Ahmed vive un choque cultural, y al principio desprecia y teme a los nórdicos y sus costumbres. Sus compañeros tampoco se lo dejan fácil, y de vez en cuando se burlan de él. Creen que su caballo es demasiado pequeño, que es un alfeñique y un blando.
 El 1º gran cambio se da cuando Ahmed, escuchando sus conversaciones, aprende su idioma. Lo cual me parece épico. Aquí empieza a demostrar que es útil, y empieza a ganarse a sus compañeros. De verdad, esta escena me parece la polla. Si véis la película, por favor, decidme vuestra opinión de esta escena.
Ellos le enseñan y aconsejan en las materias que dominan, y él también hace lo propio, al tiempo que se adapta rápido a todas las situaciones. a su manera, por supuesto. ¿La espada le pesa demasiado? La convierte en una cimitarra, un arma a la que está más acostumbrado a esgrimir.
En la batalla final, el clímax de la película, este choque cultural se resuelve. Ahmed, tras hacer su oración a Allah (Una oración preciosa), se une al rezo de los nórdicos. Un rezo pagano, que al Ahmed del principio le parecía hostil. 
¿Acaso Ahmed se ha convertido al ásatrú y ahora reza a Thor y Odín? 
Ojalá, habría sido entonces la mejor película de la historia. Pero no va ni de imponer ni de convencer. El Guerrero nº13 es una peli sobre entendimiento, compartir, aprender. Ejercitar la tolerancia y la libertad, y unirse frente a la amenaza común.
Ahmed no deja de ser musulmán, y sigue creyendo que él sigue la verdadera fe. Pero ha comprendido las costumbres del norte, y ha aprendido a respetar y convivir con una cultura y unas tradiciones que consideraba bárbaras y sin sentido. Ahmed ha crecido con su viaje y aventura.
Y ésto es lo que hace que esta película sea tan Middengardia. Sin importar si hablamos de la península ibérica medieval, el norte ficticio del guerrero número 13 o incluso el imperio de warhammer Fantasy, existe una constante en las relaciones humanas. 
 Y es que las culturas y religiones bailan siempre entre el conflicto y la convivencia. No todo son guerras por la supremacía religiosa, ni la búsqueda de un dominio lingüístico o cultural absoluto por parte de unos en detrimento de otros. Hay espacio para el entendimiento.
Es algo que yo siempre he vivido, al menos en menor escala y en el contexto del bilingüismo de la zona oriental de España.
Soy valenciano, y el hecho de hablar, enseñar e incluso definir el valenciano, dialecto del catalán, siempre ha sido una fuente de polémicas.Y he escuchado de todo, normalmente propuestas de eliminar el catalán y sus dialectos. Turistas provenientes de la meseta exigiendo que rotules todos los carteles de tu ciudad en castellano, gente calificándote de paleto porque hablas valenciano, los blaveros diciendo que el valenciano no es un dialecto del catalán sino un idioma aparte, casos de funcionarios a los que se les ha abierto un expediente muy bien merecido por negarse a atender a  una persona que les hablaba en valenciano. 
O, cómo olvidar, los maravillosos bulos conspiranoicos que hablaban de que los gobiernos de las comunidades autónomas bilingües estaban persiguiendo el castellano. 
Me he encontrado hasta falsos comunistas diciendo que era necesario eliminar el gallego, el catalán y el euskera porque habían sido inventados por la clase burguesa para dividir a la clase obrera española. 
GUAU, para ser comunista bien que podrías militar en la falange con ese comentario, fiera.
 
Yo me he visto afectado por estas cosas, de pequeño era reacio a hablar valenciano, y era un reniegue absoluto de mi cultura y tierra. Luego fui creciendo y maduré, provocando un efecto rebote de valorar mi cultura y no dejar que me pisoteen y me coarten la libertad porque les resulte incómodo que pueda hablar dos idiomas aparte del inglés, o que me niegue a llamar "español" al castellano. 
Pues llegado a un momento en mi vida, llegué a una epifanía:
La historia está lena de ejemplos de que a los de arriba les interesa más la uniformización de lo que sea, el proselitismo y la imposición que comprender a la otra persona. Un sólo Rey, Un Sólo Dios, Un Sólo Idioma, Una Cultura Única. Sólo hay que ver cuestiones como la polémica alrededor del castellanocentrismo actual, lo que os acabo de explicar con las polémicas alrededor del valenciano (y de cualquier otra comunidad autónoma, estamos todos en la misma situación). 
Pero hay una alternativa: la convivencia y la comprensión. No es necesario que uno sea mejor que el otro, que todos tengamos la misma creencia. No hace falta, basta con comprendernos, empatizar y unirnos frente a los problemas comunes. Y siempre habrá tiranías que nos impongan algo.
 Siempre habrán inquisiciones, Morgoths y Hitlers, Francos y Abascales, empresas y organizaciones que nos van a imponer su perspectiva de la realidad como La Verdad, siendo el resto cáncer y cacofonía, y viviendo sólo para mantener sus privilegios. 
Ellos son el verdadero veneno, El Sauron que quiere que vivamos para saciar sus caprichos y bajo su yugo.
Y el único antídoto posible ante estas amenazas es la alianza de todos los pueblos, una compañía del anillo, un Ahmed musulmán y 12 norteños paganos que aprendan a dejar de ver las culturas como muros, sino como hilos que se tejen para formar un tapiz llamado Humanidad. 
Eso, es Middengardia. 
 
Middengardia, como el guerrero Nº13, es guerra. Sangre, violencia, heroísmo y villanía; son conspiraciones saboteadas y cantos a la gloria. Es politeísmo haciendo fricción con el monoteísmo, al tiempo que ambos combaten por la supervivencia. 
 
Pero también es convivencia, y darse cuenta de que pelearse por lo que nos diferencia sólo sirve para hacernos daño, y que el tapiz está sin terminar. Cuando antes dejemos de discutir, antes podremos podremos terminarlo y abrigarnos con él. 

 

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