Me sabe mal por Sanderson, porque parece que se ha vuelto la pizza con piña de la fantasía. Puede gustar o no cómo escribe o cómo es como persona, pero parece hay mucha gente que le gusta odiarlo y que el odio hacia él y ponerle etiquetas se ha vuelto un meme en la comunidad.
Ya lleva siendo tendencia en la comunidad Twitter de los aficionados a la fantasía y la ficción un ciclo, por el que cada cierto tiempo se vuelve a atacar a Brandon Sanderson. Como si fuera temporada de caza y el susodicho escritor fuera el gigantesco ciervo albino con la cornamenta más grande y espectacular del bosque.
Ésto se traduce en muchas personas tildando a Sanderson de racista, homófobo tránsfobo, machista, de que los personajes femeninos que escribe son floreros, o incluso llegando a acusarlo de ser fascista.
¿Y ésto a qué se debe?
Si investigas estas acusaciones, todas van a lo mismo: su orientación religiosa.
Sanderson es mormón, y esta religión o secta, ahí ya no me mojo, no es precisamente la rama más transigente del cristianismo.
Con el tema religión, hay que entender que la fe es algo muy personal, y que una cosa es la doctrina mormona y luego la interpretación personal que haga Sanderson de la misma como practicante. No es justo decir que todos los musulmanes son salafistas, ¿verdad?
Por otro lado, todas las personas que siguen el trabajo de Sanderson hablan de que está pasando por un proceso de deconstrucción, que en sus escritos cada vez incluye más personalidades lgbti, construye mejores personajes femeninos y demás. Igual deberíamos tener eso en cuenta
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