Krugkampf, o cómo defenderse con una jarra de cerveza

 Krugkampf, o sistema de defensa con jarra de cerveza.

    El Krugkampf es uno de los divertimentos más populares, y uno de los sistemas de defensa más accesibles de aprender en los reinos de Taribolia, pues sin importar si se es rey o plebeyo, todos beben alcohol. Y éste siempre se sirve en una jarra.

 

    A no ser que sea vino que se sirve en copa. Y no a todo el mundo le gusta el vino.

 

    Desarrollado por los tuergos (los enanos de Middengardia), el Krugkampf es al mismo tiempo un sistema de defensa personal como un juego. 

 

Creación

 

    El tuergo Sindi Bairen vio necesario que en situaciones de ocio y de reuniones sociales como un banquete o en una taberna, en la que cualquier cosa podría provocar una trifulca, hubiera una manera de defenderse pero adaptándose a la situación de estar en un ambiente formal. 

 

    Los tuergos, si no practican un oficio militar, suelen dejar las armas en casa, no llevando nada más encima sino el cuchillo o la navaja, o en algunas situaciones la principal herramienta de su trabajo. La cual, si tiene filo, como un destral o un hacha, siempre con el filo guardado en su debida funda de cuero. 

 

    No consideran de gente civilizada ir con armas por la calle. De hecho, los cuchillos, al ser herramienta y cubierto, no suelen ser considerados armas al uso, por muy afilados que estén.

 

    Todo tuergo, no obstante, lleva siempre su propia jarra de beber, sin importar si lo que pide para beber es agua, cerveza, hidromiel, leche, vino o lo que sea.  Llama la atención el arte decorativo que ha surgido alrededor de estas jarras, siempre personalizadas al gusto del dueño. 

 

    De hecho, en Kraivan la jarra ayuda a identificar la posición social de la persona, tanto por el material utilizado para hacerla como la decoración. Bien puede ser de la más fina de todas las ebanisterías, hecha con la mejor madera de la región, o bien con los metales más preciosos y exquisitos con pequeñas gemas incrustadas. 

 

              

 

    Motivos mitológicos, divinidades, animales, detalles vegetales, nudos nórdicos, poemas rúnicos, cualquier elemento y tema puede servir para crear una jarra única y genuina. Se puede afirmar que no hay dos jarras iguales, y que puedes intuir como es la persona por cómo es su jarra. 

 

 

      

  

 

    Siendo consciente de todo esto, Sindi Bairen desarrolló el Krugkampf, como método de defensa improvisada con un objeto común a todo el mundo, aparente inofensivo pero efectivo para defenderse:

 

    Una jarra de un azumbre de capacidad. Es decir, de litro y medio. 

 

    Las técnicas que desarrolló tenían por objetivo exclusivo anular cualquier posibilidad de que el enemigo pudiera usar su daga. 

 

    Golpear la mano del contrario con el culo de la jarra, envolver la daga de manera que ésta acabe dentro de la jarra para con la misma pegar en la cara, entre otras técnicas fueron desarrolladas. Eso sí, jamás movimientos letales. 

 

    El propio Sindi explicó que era para defenderse y anular el daño que se pueda recibir, no matar. 

 

    Y sí, es posible matar a alguien con una jarra. No os lo toméis a risa, que Riddick nos demostró en su momento que puedes matar a alguien con una taza de té.  

 

    Apenas una década tras su creación, el Krugkampf se formó como parte de la cultura popular, y derivando en modalidad deportiva muy extendida por el pueblo llano, campesinos, trabajadores proletarios y artesanos. 

 

    Se había convertido en un sistema de defensa pero también de divertimento de las clases bajas de los tuergos, y pronto la nobleza quiso adaptarlo a sus costumbres. 

 

 

 

    La extensión de la práctica tanto en todos los círculos sociales como en el ámbito de ocio, hizo posible que surgiera un código de normativa para competiciones deportivas, tanto amistosas como de campeonato, de la mano de Arisia Pontnegre, dueña de la taberna El Porc Bufat, en Norkia, la capital de Kraivan.

La aparición del Krugkampf deportivo

    La historia de Arisia es curiosa. Siendo ella una medio humana medio tuerga, su familia provenía de Asoria, de ahí su nombre darcotano. Debido a una guerra, la familia Pontnegre se vio obligada a emigrar, acabando en Norkia, donde levantaron una taberna a la que bautizaron igual que la que habían regentado en Portlleó (capital de Asoria).

 

 

    Arisia se fijó en que uno de los principales divertimentos de los mineros y artesanos eran las competiciones amistosas de krugkampf. 

 

    En parte porque quería participar en la fiesta y en parte porque quería evitar un posible desmadre, propuso una normativa y un campeonato de Krugkampf, aprovechando las robiagarias, las fiestas en honor a Robian durante el mes de Robiano. 

 

    ¿El mes de Robiano como mes consagrado a Robian? Sí, porque los meses del calendario middengardiano se ponen en honor a los dioses de la antigüedad, los mismos que el magnocratismo reza.

 

    La celebración de ese campeonato fue un auténtico éxito, y tres años después el Porc Bufat era la taberna más visitada en Norkia no sólo por tener de las mejores cervezas de la ciudad, sino por sus competiciones de Krugkampf. 

 

    El propio Kîssar ("Emperador" en lengua tuerga) de Kraivan, Argantonio VII, supo de la existencia de tal campeonato. Argantonio era un hombre conocido por su fascinación por todo tipo de cervezas, incluso para los estándares de los tuergos. Sabía identificar cualquier cerveza que bebiera sólo por su olor. 

    Se vistió de incógnito y participó en el campeonato, y quedó tan maravillado por el juego y las reglas pactadas para asegurar la deportividad de la competición, que puso por ley como normativa oficial de todas las competiciones de Krugkampf.

  

Normas y método del Krugkampf

    Cada ronda está dividida en dos partes: la primera, los contrincantes se beben una pinta entera, y en la segunda pelean con la jarra vacía hasta que dan un golpe al contrario que sea válido para el árbitro. 

 

    Si en la primera parte se han terminado la mitad de la bebida, acumulan un punto, dos si se la beben entera. Y si esquivan el golpe del contrario o logran asestar un golpe, conservan los puntos ganados en la siguiente ronda.

 

    Un jugador puede gastar uno de sus puntos conservados de la anterior ronda para beber una jarra extra en la primera parte de la ronda. 

    Cuántas más jarras se bebe, más puntos se acumulan, habiendo más posibilidades de ganar una vez finalicen las rondas, cuyo número es decidido por el árbitro. Así pues, quien más bebe, más posibilidades tiene de ganar.

 

    Sólo hay cuatro posibles maneras de ganar en Krugkampf: superar en recuento de puntos acumulados al contrario una vez finalicen todas las rondas, noquearlo con un golpe de jarra, que el contrario se rinda, o que el contrario caiga como una cuba tras haber bebido más de lo que debía.

Krugkampf en la actualidad

    La tuerga Maya Stellion de Kraivan, boxeadora y Krugkampfer, es actualmente la mejor jugadora de Krugkampf además de una boxeadora magnífica. 

 

    Antes de meterse en el Krugkampf deportivo, ganó el CIII campeonato de pugilismo de pesos pesados de Nazan (los dominios occidentales de Kraivan) sin ninguna derrota.

 

    Su mayor hazaña en el juego de jarras es en el Krugkampf del Mernifest del año 1247, donde obtuvo la jarra de oro a derrotar a todos sus contrincantes con una media de 32 pintas bebidas por combate, habiendo sólo recibido 4 golpes en toda la temporada.

 

    Así que recordad, amigos de los tuergos, el krugkampf es como la vida: te emborrachas, te peleas, y a la hora de la verdad no son tan importantes los golpes que das sino cuantos golpes (o litros de alcohol) puedes aguantar antes de que te tumben, pero al menos en el camino te lo has pasado de puta madre.