Hipatia de Alejandría, de Onorio Marinari |
Silvia Mareto fue la última gran investigadora que dio la Biblioteca de Marlabis, la más prestigiosa academia del mundo antiguo.
Sus
estudios sobre filosofía, alquimia, astronomia y teoría mágica
supusieron la aparición de revolucionarias teorías y una mejor
comprensión del universo, especialmente su tesis sobre la teoría
dendromórfica del cosmos.
Sin embargo, vivió en tiempos
convulsos, con la crisis del imperio urbiano. Los zirielitas
consideraban la práctica de la magia herética. Los más radicales de
Marlabis se organizaron y asaltaron la biblioteca, asesinando a todos
los magos y quemando todo el conocimiento que se había guardado en ese
ancestral edificio durante siglos.
Silvia estaba ese día, y los zirielitas abusaron de ella antes de matarla y colgar su cuerpo desnudo, para mayor humillación.
Su
amante, Nesor Basan, rescató su cadáver, y mediante nigromancia la
devolvió a la vida. En su no-muerte como vampiresa, Silvia tomó venganza
de todos los que la hicieron daño, y tras ver cómo los cazadores de
brujas mataban a su amado Nesor, juró destruir o esclavizar bajo su
voluntad a todos los mortales que estuvieran con vida, en venganza por
lo que le habían hecho a lo largo de su existencia.
Silvia dedicó el resto de su vida inmortal a perfeccionar sus artes para con la nigromancia y la manipulación del nocivo miasma.
Recorrió
durante siglos todos los reinos en busca de reforzar su poder con la
ayuda de sus artes oscuras y su juego entre bambalinas. La que fue una
prestigiosa científica ahora era una consumada terrorista que vivía sólo
conforme a sus desmesuradas ambiciones, un monstruo creado por
monstruos.
De lo último que se sabe de ella es que fue capturada
en Smallchester, Virania. Su dueño, el duque Erin de Smallchester, envió un mensaje al rey
para informar sobre la cautiva, la cual había asesinado al mago de la
corte para obtener su poder mágico.
Cuando el hombre de confianza
del rey llegó a Smallchester para llevarse a la prisionera, vio que
había escapado, no sin antes ver que toda la guarnición había sido
asesinada. Y el duque había sido fusionado con la piedra del castillo.
El paradero de Silvia sigue siendo un misterio.
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