El califato asadí de Mairina llegó a ser uno de los estados más prósperos de su tiempo por la presencia de mentes como la de Ahmed Ibn Radu Ibn Ghassan Al-Shaeír Al-Mairini. También conocido como Ahmed El Poeta.
Qadí, profesor, embajador y principal consejero del califa Ibrahim el Sabio, y uno de los poetas más grandes que hayan existido.
Bajo el servicio del califa contribuyó con sus habilidades y buena voluntad a que los reinos de la península leoniana mantuvieran una era de paz y prosperidad, consiguió ventajosos tratados comerciales con la lejana Chaikuán, y fundó importantes escuelas de arte, magia y letras por todo el califato que tiempo más tarde serían la raíz de prestigiosas universidades.
Conocimiento y buenas palabras, no vil acero afilado cual cuchilla, es lo que une a los hombres y les da el don de la prosperidad. Poned a vuestro servicio a sabios y artistas, y conquistaréis el corazón de vuestros súbditos y de aquellos que creen ser enemigos vuestros. Os garantizo que lo que obtengáis será mil veces mejor que la gloria de mil batallas.
- Extracto de una carta que Ahmed Ibn Radu
le escribió al recién nombrado califa Ibrahim el sabio.
Sus rivales políticos lo expulsarían ya a sus 74 años y pasando los últimos 20 de su vida en el exilio en compañía de su amada nieta Miryam, su "flor de zafiro", tras haber contribuido al gobierno del muy amado califa Ibrahim.
Pero por lo que más se le recuerda es por su prolífica obra lírica. Se le atribuyen más de 3000 poemas, los cuales empezó a escribir a los cinco años hasta sus 93.
Sus contribuciones a este arte son casi innumerables, y su libro para aprender poesía sigue siendo, muchos siglos después de su muerte, un referente a la hora de aprender "el arte de hablar a los demás a través del espíritu, subordinando a la mente aquello que nace del alma".
Hizo poemas por cada una de las maneras existentes de amar: amor hacia el padre, la madre, a dios, a la amante, a la esposa, a cada una de sus 12 hijas (todas con su primera mujer, a la que amaba con locura), a la mascota, a la comunidad, al amigo.
Tuvo Dios, ¡Eternamente loado sea por ello!, la clemencia de crearte a tí, Corcel de plateada crin, La más noble y rápida de todas las criaturas que he conocido, y mi más leal compañero de viajes, Sólo tú, a quien tuve el honor de nombrar Asterion, podría emular la grandeza de su homónima estrella, y me enorgullece haber forjado contigo la más férrea amistad.
-Poema al caballo Asterion.
Para la historia de la poesía y la literatura fue un auténtico pionero, pues abordó en su poesía temas antes no explorados como la tristeza por la muerte de un amigo, el deseo de un viaje espiritaul impedido por las obligaciones cívicas, la admiración hacia la habilidad de un artesano.
Extraño y maravilloso don del herrero. Golpea, calienta, enfría, y el resultado es una hoja de tanta belleza y calidad que da lástima que sea una herramienta para dar muerte y no vida, demostrando que lo bello y armonioso, por desgracia, no sólo reside en lo beneficioso sino también en lo destructor.
-El canto a la pérfida espada.
Es tan vasta su obra y tan grande su legado, que en la ciudad de Mairina, en la cual se le erigió una preciosa estatua de bronce que todavía puede visitarse en el actual barrio asadí, existe una expresión para hablar de este hombre: "si el poeta no habló de ello, no existe". Y en los reinos de la Península Leoniana se le considera todo aquello a lo que debería de aspirar un poeta o una poetisa.
Se
sabe que era un hombre amable y apasionado, reacio a desenvainar acero
alguno, de ingenio rápido y con el deseo siempre de ayudar al prójimo
sin importar si este era creyente o pagano. Creía en la paz entre los
pueblos, y más de una vez defendió a los paganos frente a fanáticos,
pues consideraba que sólo el entendimiento y la convivencia harían
posible un mundo mejor.
Equivocados los hombres al ver alegría en el hierro que hace sangrar y dar muerte
Cuando la verdadera alegría y felicidad reside en el hierro de la azada
Pues del fruto del trabajo de quien la esgrime
Surgen los frutos que nutren y enriquecen a hombres y animales
¿Y acaso no son estas personas, por mucho que recen a estatuas, no bestias sino hombres, y amantes del fruto de su trabajo y la siempre bendita paz como nosotros los creyentes?
Démosles el fruto del agricultor, no el fruto del soldado, Démosles el fruto del buen comerciante, no el fruto del envenenador, démosles el fruto del cálido amor, no el del frío acero,
pues historias del pasado y sentido común coinciden en que a los hombres se les convence antes llenándoles el estómago y haciéndoles felices que vaciándoles las venas y dándoles muerte
- Los Frutos,
en defensa de la paz.
Amó de todas las formas posibles, en especial a su mujer y sus hijas, sus "doce flores benditas", en especial Amira, futura fundadora de la madraza de oro y jade, la cual formaría a los pensadores y científicos más grandes de aquellos tiempos.
Que hermoso día fue, niña mía, el día que llegaste al mundo. El mayor de todos los regalos que me pudo dar el Altísimo es, sin duda, el honor de ser tu padre.
La vida de Ahmed fue, ante todo, un ejemplo de cómo una persona puede alcanzar la inmortalidad y dar a su comunidad el mejor de todos los servicios con la sola ayuda de tinta, papel y pluma.
Sin derramar ninguna gota de sangre y sin producir muerte alguna.
Una vez mi hija me preguntó por qué escribo poesía. Yo a cambio le pregunté por qué necesitaba beber agua o comer pan. Dijo que bebía agua y comía pan porque las necesitaba para vivir, y entonces supo por qué yo escribo poesía.
-Frase de Ahmed el Poeta, cincelada en el pedestal
donde descansa su estatua. Mairina, Reino de Kastey.
Es precioso, me gustó mucho.
ResponderEliminarMe gusta mucho el poema en defensa de la paz. Mañana miro el enlace a "¿Qué es la poesía?". Un saludo. :)
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